3 COSAS QUE PUEDES PENSAR SI TE EXPONES EN RRSS (Y LO QUE TE HACEN SENTIR):

Cuando escribes un post en las RRSS, quizás se te ha pasado por la cabeza pensar (a mí me pasa…): “¿y si lo ve alguien de mi familia o amigos y cree que soy una persona ridícula?” o “¿y si lo ve alguien más profesional que yo y piensa que soy un impostor/a?” o “¿y si estoy exponiéndome demasiado?” (ya hablaremos de los pensamientos limitantes «¿Y si…?» más adelante, que son telita fina…).

Ten en cuenta que muchos de los pensamientos que acompañan a la ansiedad son irracionales (no muestran un razonamiento lógico) o incorrectos (suelen estar distorsionados, ya hablaré de esto en otro post), por lo que a veces vamos a tener que “darles una vuelta”. Y recuerda que los pensamientos son solo pensamientos (ideas que igual que vienen se van).

Te propongo en este post algunas estrategias para regular estos pensamientos. Empecemos por el primero:

1.“VAN A PENSAR QUE SOY UNA PERSONA RIDÍCULA”.

Sentir inseguridad a la hora de publicar algo en las redes sociales es normal. Nuestra información, lo que escribimos, lo que pensamos, en definitiva, lo que tenemos dentro, va a llegar a un montón de personas conocidas y desconocidas, juzgadores en potencia. Esto puede hacernos sentir miedo, nervios, ansiedad y a veces a entrar en bucle si dudamos de lo que hemos escrito. ¡Y ya no hablemos si tenemos algún “unlike” o algún comentario negativo! Podemos aprender a regular este pensamiento que no es más que una anticipación de algo que aún no ha ocurrido.

Si a veces te descubres pensando esto, piensa que eres una persona experta en tu campo, por lo que no todos saben lo que tú sabes de tu trabajo. Si piensas que otros profesionales van a saber más que tú, puede que lleves razón. Pero cómo lo cuentas, la pasión con la que lo haces, la perspectiva con la que lo compartes, tu voz que es única, tu manera de trabajar… todo eso solo lo tienes tú, y si los demás lo leen es porque algo de lo que les compartes les llega. Solo tú sabes hacer lo que haces de la manera en la que tú lo haces, por lo que fomenta lo que te hace único o única y explótalo. La gente que te conoce estará feliz de ver que trabajas en lo que te gusta y que la gente te sigue y disfruta con lo que haces. Y por supuesto habrá gente a la que no le guste lo que haces. Si esto fuera así (aunque es poco probable que te lo digan) pregúntate “¿qué es lo peor que puede pasar si lo que hago no le gusta a esta persona?”.

Si te han dado un “unlike” o te dejan un mensaje negativo, tienes dos opciones: aprender de la crítica para seguir creciendo y poder dar más de lo que das de la mejor manera posible; o, si la crítica es injusta, puedes responder o no. Mi consejo es que no respondas (a no ser que sea una difamación o lo suficientemente grave como para que pueda afectarte más allá de la parte emocional). La gente tiene derecho a opinar, preferiríamos que de manera educada, sobre lo que le gusta y lo que no, aunque no siempre estemos de acuerdo. Si puedes ignorar el comentario, hazlo. Si no, no respondas de inmediato, responder en caliente nunca ha sido buena idea. Espera dos o tres días, y si le sigues dando la misma importancia, entonces plantéate el responder. Hazlo de manera educada y asertiva (para eso compartiré contigo un recurso muy molón en mi página web) y mantén tu punto de vista de manera firme.

2.“SOY UN IMPOSTOR O UNA IMPOSTORA”.

Pensar que alguien que es más conocido o profesional que yo va a ver mi post y va a juzgarlo como poco profesional o absurdo también es frecuente. Esto nos puede hacer sentir inseguridad, falta de valía, y baja autoestima. Pero todos tenemos algo que aportar y eso es válido en sí mismo. Los demás puede elegir si les parece interesante o no, pero eso no implica que no sepamos de lo que hablamos. Aprender a hablarnos con compasión y amabilidad es clave para aliviar estas emociones.

Pensar que tenemos el “síndrome del impostor” es una sensación frecuente en personas (¡sobre todo mujeres! Ya hablaremos de ello en otro post) que tienen éxito, pero no consiguen darle el valor que le corresponde. Si estás leyendo esto es probablemente porque te interesa el tema. Y si te interesa, es posible que te ocurra o te haya ocurrido alguna de las cosas que te estoy contando. Si te han ocurrido, es porque estás exponiéndote al público y contando cosas sobre ti y tu trabajo (o tu propio trabajo es el que te expone). Y si la gente lo lee es porque tienes seguidores. A lo que voy es que una persona que no hace nada significativo, normalmente no obtiene la respuesta de las personas, ni la buena ni la mala. Su trabajo no se expone porque no llega, no se juzga, y por tanto no se critica. Si crees que tienes el síndrome del impostor es porque crees que hay gente que puede juzgar lo que haces. Que esa gente exista es lo que te indica que vas por buen camino. Imagínate que estás empezando en el oficio de la música. Que haya gente que te escuche, que te alabe y te critique ¡es una buena señal! Así que cree en lo que haces, y cree en las personas que creen en ti. Si estás haciendo esto, es por algo.

3.“¿ESTARÉ EXPONIÉNDOME DEMASIADO?”.

A veces vamos a escribir algo personal y dudamos, dudamos… ¿será DEMASIADO personal? La línea roja entre qué contar y qué no en las RRSS es fina. La duda nos genera ansiedad, miedo y preocupación.

Tenemos que escuchar esa voz interior (que llamamos de muchas formas: sensación, intuición, presentimiento, corazonada…) que nos suele avisar de las cosas y a la que no solemos hacer ni caso… Si te preocupa demasiado lo que vas a publicar, espera al menos un par de días antes de hacerlo. Si sigue preocupándote, simplemente no lo hagas. Si aun así crees que va a ser bueno para ti o tu trabajo, haz una lista de pros y contras. Si los pros superan a los contras, adelante. Si no, de nuevo, no lo hagas. Si localizas que las dudas tienen que ver con tu miedo, pero tienes seguridad acerca de lo que vas a publicar, entonces hazlo sin pensarlo demasiado. En el peor de los casos alguien te pondrá algún comentario negativo y a los días se habrán olvidado. Es lo bueno y lo malo de esta época de consumo digital rápido.

Más adelante hablaré sobre nuestra voz interior y sobre cómo podemos practicar para escucharla. Te doy una pista: tiene que ver con escuchar a nuestro propio cuerpo. Ya veremos cómo.

Poco a poco, relativizando los pensamientos, conseguirás sentirte más a gusto con lo que haces, y sentir orgullo por ello.

Si quieres contarme tu experiencia o hablarme de ti, escríbeme.

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