
En el año 2015 (en aquel año pasaron muchas cosas…) yo trabajaba en dos clínicas y en el hospital. Como soy un petardillo en el culo y mi mente no para, se me ocurrió escribir un cuento para manejar la ira en niños pequeños. No encontraba muchos con herramientas útiles y que me permitieran trabajar con mis niños en la consulta. Pero estaba hasta arriba de trabajo. Tenía muchas cosas que hacer y no me organizaba: las consultas, la investigación en el hospital, la tesis, el cuento… al final nunca me ponía.
Vi que ofrecían un servicio de coaching en el ayuntamiento y allá que me lancé. Mi coach Manuel Salvador me dio una técnica muy útil que a día de hoy sigo utilizando y que comparto a menudo con mis pacientes, y hoy comparto aquí con vosotr@s. Al final publiqué Guillermo el Globito con Davide Ortu como ilustrador en la editorial Istarduk en 2016.
Cuando tenemos una profesión sin horarios fijos, con muchas tareas diferentes y con proyectos diversos, a veces nos puede resultar difícil organizarnos. Y al final, ese proyecto que te gusta y que tantas ganas tienes de hacer, se va a quedando atrás por dar prioridad a lo urgente. Vamos con la sensación de ir “apagando fuegos” en vez de controlar nuestro trabajo. Espero que esta técnica os ayude a centraros en aquellos proyectos que nunca conseguís llevar a cabo.
LA TÉCNICA DEL ESCALADOR se llama así porque sigue el razonamiento de los escaladores cuando se enfrentan a una pared o una montaña: en vez de lanzarse a lo loco a subir por dónde pueden, observan el final y van bajando para descubrir los mejores sitios para poner pies y manos. No he escalado en mi vida (quitando alguna pared en campamentos) pero tiene todo el sentido para mí dividir los objetivos en tareas más pequeñas y alcanzables. Estos son los pasos:
- Define tu objetivo de una manera muy muy concreta y ponle una fecha límite (“Publicar cuento (que salga a la venta en plataformas) el 15 de octubre»).
- Ve encontrando pasos anteriores y ponles fecha (“Mandar a imprenta el 15 de septiembre»).
- Seguimos con fechas hacia atrás (“Elegir papel y mandar a editar y maquetar el 1 de septiembre»; «Esperar a que el ilustrador me mande la versión final el 15 de junio”; “Buscar ilustrador el 1 de junio”, etc).
- Y así hasta que tengamos todos los pasos hasta el día de hoy.
Si no te da tiempo (por ejemplo, “mandar a la editorial mañana y escribir el cuento hoy”), quizás la fecha límite de tu objetivo no es muy realista.
Es todo cuestión de práctica, así que establece tu objetivo, ponle una fecha límite… ¡y a conseguir ese proyecto!